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anterior a sus primeros ensayos con
invernaderos, L+V no dejan de rondar soluciones donde la
construcción ligera es la respuesta a los habitats que proponen.
Todavía no aplican las cáscaras de Fuller y los invernaderos que les
haran celébres, pero la cita a las CSHp de Entenza es invetable.
Además, aquí estamos a la orilla del mar y la ensoñación de aquella
California es aún más vivida y cercana: sistemas de retículas y
paneles que se abren al entorno a través de una sucesión de umbrales
que acaban desembocando en grandes compuertas y terrazas que nos
introducen el horizonte en las estancias del hogar (como también hace
de la Sota en sus viv. para la Bahia de Alcudia: C2). Y sistemas, que
también se dejan interpenetrar por la vegetación circundante. Algo que
en el Pacifico solo llega hasta porches y patios, pero que aqui invade
con sus troncos esa retícula espacial y flexible que permite el paso
de la naturaleza en cualquier lugar para hibridarse con ella (ya en la
escandinavia de los 60 se comienza también a aplicar esta tradición en
los lugares donde el cariño y respeto por el paisaje no encuentra
necesario el tener oyar o quemar el bosque para dominar sobre el mismo
( ver también E1).
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